Al fin logre colocarme en pie, puse mi mirada fija en el espejo hasta ver lo más profundo que pude en mis ojos, ya no puedo ver más allá de esa mirada extraña que cada día me saluda y me reprime los pensamientos de felicidad que pueda empezar a tener, una vez más es el día siguiente, una vez más es la mañana próxima, una vez más estoy despierto. ¿Acaso no existe nada más? que dormir y despertarse bajo la misma tonta rutina de lograr el éxito, de alcanzar una meta, de tener más dinero, consumir más café, espera, el café me hace feliz, es el único momento de mi día donde mi escala de grises cobra calidez, donde mis tonos fríos me dan calor y donde mi rueda cromática no está balanceada hacia la tristeza psicológica del color, por más que lo intente este soy yo. Simple, ordinario y predecible, en un mundo que exige tanto a cambio de nada yo voy a mi ritmo, inteligentemente cobarde y estúpidamente retraído, se me hace tarde para salir, cada cinco minutos perdidos son horas de retraso, cad
“Deja que tu espíritu vuele, tu imaginación crezca y tu curiosidad se apodere de ti”, me repetía la misma frase tonta todas las mañanas frente al espejo, mientras se me hacia tarde otra vez para salir al trabajo, tarde o temprano entendería que lo que decía no tenia ningún sentido, que la vida va mas allá de frases motivacionales matutinas que inspiraban confianza solo en los débiles. ¿Soy acaso débil? Tengo demasiado tiempo preguntándome lo mismo, demasiadas conversaciones internas que terminan en la misma rutinaria, ordinaria y aburrida pregunta, ¿seré algún día lo que se supone que debo ser?, ¿acaso soy especial? o ¿formo parte de algo mas grande?, existencialismo, vida, propósito, planes, etc. demasiadas cosas en que pensar antes de una taza de café. Se calienta la mañana y yo aun no logro poner un pie en el piso, acaso un par de horas de sueño no bastan para ralentizar la incesable cantidad de pensamientos, recuerdos en forma de videos muy mal producidos, conversaciones de me